No todos los problemas de atención son TDAH

Es una suposición común, pero hay otras causas que se pasan por alto fácilmente

 by Child Mind Institute

 

Los problemas de atención, a menudo son identificados por un maestro que nota que un estudiante parece distraerse más fácilmente que la mayoría de los otros niños de su edad.

Tal vez el niño toma un tiempo inusualmente largo para terminar el trabajo escolar en clase. Tal vez cuando el profesor lo llama, él no parece haber estado prestando atención a la lección. Tal vez él parece desconectado cuando se dan instrucciones, u olvida lo que se supone que está haciendo. Tal vez las asignaciones de tareas a menudo desaparecen.

A pesar de que todos los niños, especialmente aquellos que son muy pequeños , tienden a tener períodos de atención más cortos y se distraen más fácilmente que los adultos, algunos tienen mucho más problemas para concentrarse y permanecer enfocados en la tarea que otros.

Dado que la dificultad de prestar atención está ampliamente asociada con el TDAH, eso tiende a ser lo primero que los profesores, los padres y los médicos sospechan. Pero hay una serie de otras posibilidades que pueden estar contribuyendo a los problemas de atención. Para evitar un diagnóstico erróneo, es importante que estas otras posibilidades, que no siempre son obvias, no se pasen por alto.

Aquí hay una lista de algunos de los otros temas que pueden hacer que un niño tenga dificultades para prestar atención en la escuela:

Ansiedad

Un niño que parece no concentrarse en la escuela podría tener preocupaciones crónicas de las que los maestros (e incluso los padres) no estén conscientes. Hay muchos tipos diferentes de ansiedad, pero lo que tienen en común, dice el neurólogo y ex profesor Ken Schuster, PsyD, es que la ansiedad “tiende a bloquear el cerebro”, haciendo que la escuela sea difícil para los niños ansiosos.

Un niño con ansiedad de separación puede estar tan preocupado de que algo malo le suceda a sus padres mientras ella está lejos de ellos, que ella será incapaz de concentrarse en el trabajo escolar.

Algunos niños están extremadamente preocupados por cometer un error o a quedar avergonzados. Cuando el maestro les llama, pueden intentar desaparecer, señala el Dr. Shuster. “Podrían mirar hacia abajo, podrían empezar a escribir algo aunque no estén escribiendo nada. Están tratando de romper la conexión con el maestro para evitar lo que les hace sentir ansiosos”.

A veces, cuando una niña toma un tiempo inusualmente largo para terminar su trabajo en clase, no es porque ella esté soñando despierta, sino porque está luchando con el perfeccionismo que le obliga a hacer las cosas exactamente de la manera correcta. O si no entrega su tarea, podría no ser porque no lo hizo, sino porque le preocupa que no sea lo suficientemente buena.

Trastorno obsesivo compulsivo

Los niños con TOC, que a menudo comienza en los años de la escuela primaria, tienen una fuente adicional de distracción: no sólo tienen pensamientos obsesivos, sino que sienten que deben realizar rituales, o compulsiones, para evitar que las cosas malas sucedan. Un niño con TOC puede estar alineando compulsivamente las cosas en su escritorio, o tocando la mesa repetidamente, o contando en su cabeza. O podría estar enfocado en la necesidad de ir al baño para lavarse las manos.

“Un niño puede estar sentado en clase teniendo una obsesión por la necesidad de arreglar algo, para evitar que algo terrible suceda. Entonces el profesor lo llama”, dice el Dr. Jerry Bubrick, director en jefe del Centro de Ansiedad y Trastornos del Humor en el Child Mind Institute. “Cuando no sabe la respuesta a la pregunta, parece que no estaba prestando atención, pero es realmente porque estaba obsesionado”.

Dado que los niños con TOC a menudo tienen vergüenza de sus síntomas, pueden hacer grandes esfuerzos para ocultar sus compulsiones mientras están en la escuela. Para un maestro que no está informado acerca del TOC, la distracción podría parecerse al TDAH, pero no lo es.

Estrés o trauma

Los niños también pueden parecer que están sufriendo de falta de atención cuando han sido afectados por un trauma. Los niños que han presenciado violencia u otras experiencias inquietantes pueden demostrar dificultad para prestar atención y una persistente sensación de inseguridad llamada hipervigilancia.

Los niños cuya vida en el hogar implica estrés agudo pueden desarrollar estos síntomas, o incluso trastornos de estrés postraumático.

“Muchos de los síntomas del trastorno de estrés postraumático se parecen al TDAH”, explica el Dr. Jamie Howard, director del Servicio de Respuesta y Educación del Trauma del Child Mind Institute. “Los síntomas comunes del trastorno de estrés postraumático, tales como la dificultad para concentrarse, la respuesta de sobresalto exagerada y la hipervigilancia, pueden hacer que parezca que un niño es nervioso y atontado”.

Trastornos del aprendizaje

Cuando un niño parece estar buscando en todas partes, menos en las páginas del libro que se supone que está leyendo, otra posible causa es que ella tenga un trastorno de aprendizaje.

Los niños con dislexia no diagnosticada pueden moverse nerviosamente con frustración o sentirse avergonzados de que no parecen poder hacer lo que los otros niños pueden hacer, y tener la intención de cubrir ese hecho. 

Si un niño está teniendo dificultades con las matemáticas, puede dar la bienvenida a las distracciones que le permiten pensar en otra cosa, o evitar completar la tarea.

Los problemas de procesamiento auditivo podrían hacer que un niño se pierda algo de lo que la maestra está diciendo, incluso si está escuchando, y eso podría parecer que no está prestando atención.

Algunos niños son capaces de compensar sus discapacidades de aprendizaje trabajando más duro, y pueden tener éxito hasta que lleguen a un grado en el que el trabajo se vuelve demasiado difícil.

“Ellos han sido capaces de ocultar su debilidad hasta que llegan a una edad más avanzada y la carga es demasiado pesada”, señala la Dra. Nancy Rappaport, profesora de la Escuela de Medicina de Harvard especializada en atención de la salud mental en el entorno escolar. “A menudo se les diagnostica TDAH o depresión, a menos que alguien detecte el problema de aprendizaje”.

¿Es realmente TDAH?

La falta de atención que está fuera del rango típico es uno de los tres síntomas claves del TDAH, junto con la impulsividad y la hiperactividad. Algunos niños muestran solamente síntomas de inatención. Pero un diagnóstico de TDAH no se debe hacer sólo sobre la base de los informes del profesor o una visita rápida al pediatra.

Para hacer un diagnóstico preciso, el clínico debe recopilar información de varias personas que han observado a su hijo, incluyéndole a usted, otros cuidadores y maestros. A los padres y maestros se les debe pedir que llenen una escala de calificación para captar una evaluación precisa de la frecuencia de los síntomas. El comportamiento tiene que continuar durante un período prolongado y ser observado en más de un escenario, tanto en casa como en la escuela, por ejemplo. Y los médicos deben descartar cuidadosamente otras posibles razones de su comportamiento.

También es importante que la capacidad de un niño para prestar atención se compare con otros de su misma edad, no con todos los de su grado. Un estudio publicado en 2012 encontró que los chicos más jóvenes en su clase son 30% más propensos a ser diagnosticados con TDAH que los niños más viejos de la clase, y las niñas más jóvenes tienen un 70% más probabilidades de ser diagnosticadas que las chicas mayores. Esto sugiere que esa inmadurez también puede ser confundida con TDAH.

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