Trastorno Depresivo ¿'Depre' o Depresión? / por : Fernando La Rivera Llombart Psicólogo P.Universidad Católica Ceril. Agosto 2005
1. Introducción
2. ¿Que no es Depresión?
3. La depresión es una enfermedad
4. Descripción de la sintomatología del trastorno depresivo
5. Tratamiento
1. Introducción
Mucho se habla hoy en día de la depresión. Que "me siento depresivo", "ando depre", "que esa mala noticia me tiene depre" o "que ese fallecimiento me tiene depresiva", son algunas de las frases que escuchamos habitualmente. Y no es tan extraño que esto ocurra simplemente porque la depresión es una enfermedad que ha costado definir.
Aunque se consideran como síntomas centrales el ánimo depresivo, la tristeza (en niños y adolescentes puede se irritabilidad) y un desinterés por las cosas que antes interesaban, la depresión puede tener muchas variantes y ser, sin embargo una depresión.
Entonces, ¿Qué es un trastorno depresivo? ¿Cuáles son los síntomas característicos? ¿Qué no es depresión? ¿Hay distintos niveles de depresión? ¿Es verdad que existe la depresión o es una invención para llamar la atención? Son parte de lo que este artículo quiere aclarar.
Para poder comprender y acercarnos un poco más al diario vivir de una persona con depresión, conoceremos un relato de un día cualquiera:
"Me tengo que despertar todos los días a las 6:00 am, pero desde hace tiempo que me estoy despertando como a las 5:30 am, muerta de sueño. Empiezo a sentir el corazón latir con fuerza, como que me sube la ansiedad, y por más que hago el esfuerzo por dormir me es imposible, cierro los ojos pero no puedo volver a dormirme. Ya llevo un montón de tiempo así, incluso me pasa los fines de semana en que podría dormir hasta tarde. Me da rabia.
Me levanto, pero me siento cansada, y más me cansa ponerme a pensar en todo lo que tengo que hacer en el día: la prueba, tengo como tres tareas que tenía que hacer ayer, pero es que no tenía ganas, estuve toda la tarde con la tele encendida viéndola, pero pregúnteme si me acuerdo de algo, porque ya no puedo ni estudiar cuando quiero, no se me queda nada… ¿En qué iba? ¡ah ya! Después tengo el cumpleaños de una tía. Van a ir todos los de la familia y me van a preguntar lo mismo de siempre, ¡uf! Me gustaría quedarme sola en la casa.
Después el típico día de colegio: llegar al colegio, encontrarme con mis compañeras, tener que escuchar a todos profes, ¡uf! - ¡Y que voy a tener que ir al maldito cumpleaños! ¡Siempre tengo que hacer lo que mis viejos me dicen! ¡Me da rabia, parezco un mueble más que su hija! ¿¡Acaso no se dan cuenta que quiero estar sola!? Déle con sólo preguntarme cómo me fue, lo único que les importan son las notas.
Y claro, me mandan al psicólogo pa' que me arreglen! Ando cansada de todo y de todos.
Quisiera dormir una semana entera, estoy tan cansada… pero apenas pongo la cabeza en la cama es como automático, son dos horas pegada al techo pa' comenzar de nuevo otro día igual al anterior y al siguiente…"
2. ¿Que no es Depresión?
Para comenzar a delimitar lo que es un trastorno depresivo, vamos a considerar rápidamente lo que puede parecerse a éste, pero que no lo es:
- No se considerará trastorno depresivo a los síntomas provocados directamente por una sustancia (drogas, medicamentos, alcohol, etc.) o por una enfermedad médica (por ejemplo, hipotiroidismo)
- Como regla general, no se considerará depresión a una persona que esté pasando por los primeros 6 meses de duelo.
- Tampoco se considera depresión a la tristeza. Se distinguen en que la tristeza es un sentimiento normal y sano frente a una causa conocida, mientras que la depresión necesita una configuración sintomatológica para poder ser diagnosticada.
Esto no quiere decir que no puedan ser diagnosticados dos cuadros (por ejemplo, abuso de sustancias y depresión), pero hay que despejar y ser más cauteloso, ya que si alguien tiene, por ejemplo, hipotiroidismo, el tratamiento antidepresivo no dará un buen resultado.
3. La depresión es una enfermedad
Lo primero y más general que define a un trastorno depresivo es que es una enfermedad, y considerarla como tal tiene implicancias tales como:
- que tiene un conjunto de síntomas que las distinguen de otras enfermedades y de lo que no es enfermedad
- que tiene un desarrollo y pronóstico
- que tiene un tratamiento
- y lo último, pero no menos importante, es que no es algo que dependa de la 'voluntad' para poder mejorar, es decir, no es controlable por el empeño de querer controlarlo, es algo que se padece y que deteriora la vida.
Es común que los familiares de quienes padecen depresión les digan (muchas veces con una buena intención de ayudar), que "tienes que ponerle empeño", que "tienes que tirar pa'arriba", que "tienes que poner de tu parte" o "si quisieras podrías salir"; e incluso señalan que la depresión no existe, que son mañas o que está llamando la atención.
Son algunas de las palabras con que peor se siente una persona con depresión, las menoscaba y confunde, ya que es una enfermedad. Es como si a un enfermo de hepatitis le dijéramos que está enfermo por 'teatro' o que si pusiera de su parte se mejoraría antes. No sólo les estamos pidiendo algo imposible, sino que además les entregamos una dosis de desorientación, pues ellos mismos comienzan a asumir que esto es algo que pueden manejar y que 'tienen que sólo poner de su parte para superarlo'. Usualmente se les exige que salgan de la depresión, pero nunca se les entrega el cómo, el camino por el cual salir. Además, la persona depresiva ya está llena de 'máximas' (yo debería …) y ésta pasa a ser una más.
Y no es que no se pueda hacer nada, muy por el contrario, pero al igual que con el hepatítico, el empeño ha de emplearse en seguir las indicaciones médicas. Lo mismo cabe para salir de la depresión.
Aún más, la depresión, así como cualquier enfermedad, ha de considerarse como una enfermedad familiar, no sólo por sus componentes interaccionales, sino porque toda la familia está afectada por lo que a uno le pasa, directa o indirectamente. Por lo general, las depresiones largas agotan a quienes las padecen, contagiando su malestar y confusión, lo cual significa que muchas veces hay que considerar en el tratamiento no sólo a quién padece de depresión, sino que también a personas significativas que la rodeen.
En términos estadísticos, la depresión se asocia a la mujer: es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Por otra parte, el índice de suicidios es más alto en los hombres.
4. Descripción de la sintomatología del trastorno depresivo
Tres son los síntomas distintivos centrales de una depresión:
a) Tener el ánimo depresivo, es decir, estar aletargado, con el ánimo bajo, a lo que comúnmente le llamamos "ando depre";
b) Tener una gran tristeza, sentir pena o melancolía (en los niños y adolescentes puede darse con irritabilidad);
c) Perder la capacidad de entusiasmarse (por algo que antes sí entusiasmaba): por ejemplo, si antes me gustaba hacer deporte o ver tv, ahora no.
Tan sólo dos de estos síntomas centrales se deben dar para presumir un diagnóstico de trastorno depresivo. Se debe dar una marcada diferencia al período anterior a la aparición de los síntomas y éstos han de aparecer durante un período de por lo menos dos semanas, durante la mayor parte del día y casi todos los días, menoscabando el funcionamiento global (escolar, familiar, laboral, etc.)
Hay una serie de síntomas que también deben acompañar a los anteriores para completar el cuadro diagnóstico (por lo menos deben darse 4):
- Trastorno de sueño: usualmente insomnio de despertar precoz y si además se combina con ansiedad, también se agrega insomnio de conciliación, más las interrupciones durante la noche. En escasas oportunidades hay hipersomnia (dormir mucho más de lo normal, por ejemplo, 12 horas o más).
- Trastorno del apetito: puede disminuir las ganas de comer con bajas de peso de 3 kilos en un mes, o aumentar producto de la ansiedad y picotear todo el día con un aumento de 3 kilos o más en un mes. También ocurre, a veces, que la comida se siente insípida, sin sabor.
- Cansancio excesivo: el cuerpo se siente lento con fatiga, enlentecido;
- Dificultades de concentración, ya que el cuerpo está gastando energías para mantenerse vivo y luchar contra la enfermedad y no para estar 'inteligente'.
- Problemas para tomar decisiones: lo que antes era fácil de decidir ahora es un dilema, perdiendo todo sentido de priorización,
- Autoculpabilidad: frases como "sabía que me iba a pasar" (algo malo), "a mí nunca me resulta" (y a todos sí), "todo esto es por mi culpa", etc., son de lo más comunes en personas con trastorno depresivo;
- Pesimismo: es una extensión de lo anterior, con pensamientos del tipo "seguro que me va mal", "para qué voy a ponerle empeño si igual no resultará", etc.
- Pensamientos de muerte: la persona depresiva se plantea la muerte como una opción a terminar con sus problemas y los que les ocasiona a los demás, por lo que en un primer nivel considera que la muerte es un camino para salir de "todo esto", luego en un nivel más profundo, planear cómo y fantasear con la muerte, para en un tercer nivel, intentar suicidarse.
5. Tratamiento
Como en todo orden de enfermedades, es toda la persona y sus áreas la que se envuelve dentro de su enfermedad. Pero esto es sumamente notorio en el caso de la depresión.
Consideraremos a la persona dividida en cuatro esferas:
- El cuerpo
- El pensamiento
- Los sentimientos
- La conducta
El cuerpo y su biología se ven menoscabados: hay una baja en las defensas y su consecuencia inmediata es estar más proclive a padecer más enfermedades; son comunes problemas inespecíficos y cambiantes como dolencias musculares, tendinitis, dolor de cabeza, lumbago, colon irritable, acidez estomacal, bruxismo (rechinar los dientes), agotamiento general, enlentecimiento en las reacciones, etc.
Los pensamientos son del tipo "medio vaso vacío", pesimista, lento, con dificultades para memorizar y decidir, autoculpabilizantes y menospreciativos.
Los sentimientos son, en la mayoría de las personas con trastorno depresivo, de tristeza, pena (muchas veces inexplicable), cansancio permanente o agotamiento, falta de sueño, desesperación, impaciencia, irritabilidad, inferioridad, pesimismo, etc. En los casos más severos, se puede producir anhedonia, un vacío en el que no se siente ni alegría ni tristeza, ni entusiasmo ni desánimo, en resumen, se demuestra una falta en el sentir, dando absolutamente lo mismo cualquier cosa.
Algunas conductas visibles son un andar lento, con la espalda medio encorvada, movimientos lentos y aparentando hacer un gran esfuerzo, enojo fácil (por lo irritable), solitariedad (sentirse solo a pesar de haber mucha gente), una comunicación pobre (en términos de cantidad de palabras incluso llegando a monosílabos), aislamiento, etc.
Todas estas áreas siempre se influyen y, a su vez, son influidas (por eso es que, en general, tienen mayor probabilidades de mejoría enfermos que tienen un ánimo inquebrantable). En el caso de la depresión son estas cuatro esferas las que hay que abordar, para lo cual se deben unir dos instancias distintas de tratamiento: el medicamentoso y el psicoterapéutico. El primero tiene que ver más directamente con nivelar químicamente las áreas físicas y emocionales; la psicoterapia asume un papel fundamental en los cambios conductuales y del pensamiento.
Si consideramos que la emocionalidad es la que está enferma, el poder influirla directamente (a través de la voluntad) es casi imposible, por lo que hay que intervenir de manera indirecta al aprender a cambiar nuestros pensamientos y conductas a través de la terapia.
¿Se puede salir de la depresión sin ayuda? Existe un bajo porcentaje de personas con depresión que mejora. ¿Se recomienda? Por ningún motivo, por tres razones: uno, la probabilidad estadística de salir de la depresión es mínima; dos, es mucho lo que se puede perder haciendo que ella sea parte de nuestra vida en forma crónica; y tres, que al tratar la depresión se obtiene un crecimiento personal enorme, tal como cuando uno se enfrenta a eventos vitales que nos hacen reaccionar a nuestro estilo de vida, creciendo como ser humano.
En resumen, la depresión es una enfermedad que puede llevar a la muerte, por lo que frente a la duda lo mejor es consultar a un profesional, ya sea para diagnosticarla y comenzar un tratamiento como para descartarla.
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