¿Qué es la ansiedad por separación?

Explicando cómo se ve y cómo es tratada.

Rachel Ehmke

 

 

Los niños entre 1 y 3 años que se cuelgan a la madre cuando se va para el trabajo o gimen cuando los entregan a la niñera son bastante comunes. A pesar de que su angustia nos preocupa, sabemos que la mayoría de ellos van a sobrepasar su miedo a separarse de los padres según se hacen mayores y más seguros acerca de sus propios poderes.

Pero para algunos niños la ansiedad persiste hasta los años escolares, y se convierte en más generalizada en vez de ser menos. Estos niños han desarrollado trastorno de ansiedad por separación, y sus preocupaciones acerca de estar aparte de sus padres tienden a irse mucho más allá del momento de la separación. Cuando los niños con ansiedad por separación están lejos de sus proveedores de cuidado, ellos pueden desarrollar miedos extremos que suenan melodramáticos para el resto de nosotros, pero son muy reales para ellos.

Por ejemplo, una niña con ansiedad por separación podría tener dificultad para concentrarse en clase porque puede tener miedo de que su padre va a tener un accidente de carro. Ella podría estar preocupada que su familia se va a lesionar, o que ella se va a lesionar, o incluso que ella va a ser abandonada. Si uno de los padres está tarde cinco minutos para irla a recoger de su práctica de futbol, podría asumir que la familia se ha ido de la ciudad sin ella.

Llamadas y mensajes preocupantes

La tecnología de teléfonos móviles, en vez de reducir la ansiedad, en realidad puede exacerbarla, debido a que ahora hay expectativa de que siempre podemos estar en contacto el uno con el otro. Muchos padres de niños con ansiedad por separación están acostumbrados a recibir docenas de mensajes de texto de preocupación y llamadas telefónicas durante todo el día mientras están en el trabajo, o mientras su hijo está en la escuela, y algunos niños comenzarán a sentir pánico cuando mamá o papá no responde o tiene el celular fuera del área de recepción.

La ansiedad por separación en sí misma, cuando está acorde al nivel de desarrollo, no es necesariamente algo malo. A pesar de que se siente incómodo, la ansiedad puede ser útil porque nos estimula a pensar más las cosas y a ser cuidadosos cuando nos enfrentamos a una nueva situación. El Dr. Ron Steingard, un siquiatra para el Child Mind Institute explica que “en diferentes etapas del desarrollo es normal tener problemas alrededor de la separación, porque el mundo no es seguro, y usted no ha aprendido cómo dominar el estar alejado de las personas que le cuidan. Según se desarrolla, y comienza a dominar situaciones y desarrollar habilidades, debe ser más fácil”.

Dejando de hacer actividades

Para los niños que tienen ansiedad severa y persistente sobre separarse, no se vuelve más fácil. Estos niños tendrán una dificultad inusual para decir adiós; una madre que conocemos ha considerado renunciar a su trabajo debido a los ataques de pánico que tiene su hija cada vez que ella se va para su trabajo; pero la ansiedad no se detiene ahí.

La angustia que estos niños sienten acerca de separarse los previene de participar en actividades apropiadas a su edad y de oportunidades de aprendizaje como unirse a equipos deportivos o incluso en algunos casos ir a la escuela. La ansiedad les cobra a nivel social también; estos son niños de nueve años que todavía necesitan a su mamá para que se quede junto a ellos durante una fiesta de cumpleaños o no considerarían participar en una pijamada a menos que se realice en su propia casa.

El exceso de apego también persiste en el hogar, en donde los niños con frecuencia serán “la sombra” de uno de los padres de una habitación a otra. Algunos niños con ansiedad por separación tienen miedo de quedarse solos en un segundo piso o dormir solos en sus camas. Los padres nos cuentan acerca de niños que insisten en compartir la cama de papá y mamá por las noches o describen ser levantados como “un reloj de alarma” cada mañana de 5 a 6 de la mañana cuando su niño se sube a la cama con ellos.

Ansiedad al solo pensar en la separación

Mientras los niños más jóvenes generalmente se vuelven ansiosos en el momento de la separación, los niños mayores pueden experimentar ansiedad anticipada. El sicólogo clínico, Clark Goldstein, PhD, dice que algunos niños que él trata debido a ansiedad por separación, en realidad se ponen más nerviosos anticipando la separación que cuando realmente sucede la separación. Estos niños pueden también tener pesadillas acerca de la separación. No importa si su ansiedad es anticipada o inmediata, muchos niños también sienten los síntomas físicos de ansiedad, lo cual incluye dolores de cabeza o dolores de estómago.

Si usted piensa sobre la ansiedad como un sistema de alarma el cual funciona cuando percibimos una amenaza, los niños con ansiedad por separación tienen sistemas de alarma que no funcionan bien, destaca el Dr. Steingard. “Ellos tienen un sistema de alarma que siempre está encendido, de manera que nunca realmente se sienten cómodos tomando riesgos y avanzando, o tienen uno de esos sistemas de alarma que fallan y se disparan algunas veces y los desestabilizan. De cualquier manera, ellos pueden encerrarse en una estrategia de tener a alguien que pueda protegerlos; usualmente los padres. Esta persona puede proporcionarme seguridad, así que voy a quedarme con ellos. O piensan “este es un lugar seguro para mí; me voy a quedar aquí”.

Si estos síntomas suenan familiares, y ha notado que son persistentes a través del tiempo, es buena idea hablar con el pediatra de su hijo o consultar con un especialista. La ansiedad es más difícil de tratar mientras más tiempo el niño haya vivido con ella. La buena noticia es que la mayoría de los niños responden muy bien a tratamiento, particularmente si se detecta a tiempo.

Buscando ayuda efectiva

Si estos síntomas suenan familiares, y has notado que son persistentes según pasa el tiempo, es buena idea hablar con el pediatra de tu hijo o consultar con un especialista. La ansiedad es más difícil de tratar mientras más el niño ha vivido con la misma. Pero la buena noticia es que la mayoría de los niños responden muy bien al tratamiento, particularmente si se identifica de manera temprana.

El tratamiento por trastorno de ansiedad por separación típicamente involucra terapia cognitiva del comportamiento, un enfoque de tratamiento que ayuda a los niños a aprender a manejar sus miedos. Esto puede incluir terapia de exposición, una forma de tratamiento que expone de manera cuidadosa a los niños a la separación en dosis pequeñas y controladas, ayudándolos a reducir la ansiedad con el tiempo. Los doctores podrían también utilizar entrenamiento de relajación con afirmaciones para ayudarlos a lidiar con la ansiedad que los estimula a pensamientos positivos y racionales y ayuda así a disminuir la ansiedad. En algunos casos más difíciles podrían prescribirse medicamentos para ayudar a reducir la ansiedad y hacer que la terapia sea más efectiva.

Entrenar a los padres es parte del tratamiento

Otro componente importante para tratar la ansiedad por separación es el entrenamiento para los padres. Los padres que son solidarios que quieren librar a los niños de preocupaciones pueden estar fortaleciéndolas involuntariamente.

“Los padres están usualmente reacios a separarse ellos mismos porque saben que su hijo se está preocupando”, explica el Dr. Jerry Bubrick, un sicólogo clínico de Child Mind Institute quien trabaja con niños que sufren ansiedad por separación. “Pero al estar reacios, ellos realmente están reforzando el miedo en vez de reforzar el esfuerzo por separarse”. Los padres pueden ayudar al ofrecer refuerzos positivos cada vez que un niño completa con éxito uno de sus objetivos. Algunos doctores le enseñan a los padres a darle puntos hacia una recompensa por cada meta que completen.

Tratar la ansiedad por separación les permite a los niños volver a la tarea de ser niños, la cual es aprender. El mayor tiempo que los niños continúan viviendo con su ansiedad, más se perderán de oportunidades de aprendizaje importantes. Y mientras más tiempo ellos tomen decisiones basadas en evitar la dolorosa separación, mayor es la oportunidad de que ellos vayan a desarrollar personalidades evasivas y otros trastornos de ansiedad o de cambios de humor.

La ansiedad interfiere con el aprendizaje

“Si no son tratados, estos niños pueden volverse individuos muy inhibidos que evitan los riesgos”, destaca Steingard, “lo cual es algo malo durante la niñez, porque la niñez está llena de oportunidades para tomar riesgos y para el aprendizaje. Los niños están en un momento en el que se están expandiendo. Por necesidad, su universo tiene que expandir. Todo a lo que son expuestos es nuevo, y la exposición a eventos nuevos es esencialmente provocador de ansiedad.

La mayoría de nosotros aprendemos a cómo dominar la ansiedad, desarrollar habilidades que nos permitan caminar a nuevas situaciones, a conocer personas nuevas. Nosotros necesitamos ayudar a estos niños a ponerse al día en dominar y acumular el desarrollo de habilidades hasta que están al punto en donde sean lo suficientemente fuertes para hacerlos por sí mismos”.

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